Día del respeto a la diversidad cultural. Es tiempo de reflexionar y ampliar perspectivas para construir nuestra identidad.
El 12 de octubre de 1492 se produjo el arribo de los españoles a América. De allí en más, comenzó un proceso de conquista de las tierras hasta el momento desconocidas por el viejo mundo.
El territorio estaba habitado por personas que tenían una cultura totalmente distinta a la europea. Desde ese momento todo cambió para los pueblos originarios, que fueron sometidos por siglos y despojados de aquello que les pertenecía. Los conquistadores arrasaron con lo material, lo espiritual, con vidas humanas y con tribus enteras, instaurando a la fuerza su cultura, negando lo que ya existía.
Fue tal la dominación ejercida que más allá de la independencia que los diferentes países fueron alcanzando, aún cuesta mucho dejar atrás paradigmas discriminatorios como la división de la humanidad en rasas y falsos como el descubrimiento de América.
Durante mucho tiempo en nuestro país, el 12 de octubre fue el día de la rasa, en consonancia con casi todos los países de Latinoamérica. Recién En el año 2005, el entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, aprobó mediante Decreto Nacional Nº 1086/2005 el texto "Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación" en el cual se propuso transformar el 12 de octubre en un "Día de reflexión histórica y diálogo intercultural".
En el año 2010, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó el Decreto Presidencial N.º 1584/2010 por el cual se modificó la denominación por "Día del Respeto a la Diversidad Cultural", en sintonía con el objetivo del decreto firmado 5 años antes.
Bajo la nueva concepción del hecho histórico, la fecha se convirtió en la oportunidad para fomentar el respeto por las minorías étnicas y el rechazo por cualquier forma de discriminación.
De esta manera, se busca auspiciar el diálogo sobre los derechos constitucionales de igualdad de todas las personas para que se garantice el respeto a la identidad.
Por eso consideramos que es un momento oportuno para reflexionar y trabajar para el bienestar de todas las culturas que integran nuestro país, reivindicando la lucha imperecedera de los pueblos originarios.
Es necesario que se escuchen las voces y que todo lo expuesto esté definitivamente en agenda, para que no quede en una fecha puntual, sino en todo momento. Esto requiere el compromiso de todos y todas.
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