DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL
El 20 de noviembre se conmemoró el día de la soberanía
nacional, producto del heroísmo con que se defendió el territorio en la vuelta
de Obligado aquel 20 de noviembre de 1845.
Para comprender y valorar esta fecha, debemos entender el
concepto de soberanía. En el plano político, la soberanía es
el poder político supremo que corresponde a un Estado independiente, sin
interferencias externas.
Es sumamente importante
tomar conciencia de que la soberanía nos permite tener autonomía. Un pueblo
soberano es un pueblo independiente que toma sus propias decisiones, lo que
posibilita resolver cuestiones económicas, políticas sociales y culturales
entre otras. También podemos trasladar esta reflexión a nuestras propias vidas,
haciendo referencia a la libertad como uno de nuestros principales derechos.
Pensemos cuán importante es para nosotros decidir qué hacer y cómo manejarnos
en nuestra cotidianeidad. Bien, para un país es similar debido a que un
gobierno que toma sus propias decisiones sin condicionamientos puede llevar
adelante su planificación más allá de sus aciertos y errores.
Es necesario destacar lo
sucedido en la vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.
En
lo que hoy es la localidad de San Pedro, a casi 200 km de Capital Federal, el
río Paraná se angosta y hace una curva en forma de "S" que dificulta
la navegación. En ese sitio, en 1845, las
tropas comandadas por Lucio N Mansilla junto con criollos,
gauchos, indios, mulatos y mujeres, trataron de impedir que los recién estrenados
barcos a vapor de Gran Bretaña y Francia, las dos más grandes potencias
económicas, políticas y bélicas de la época, avanzaran sobre el territorio
nacional.
En 1845 el Estado nacional argentino estaba en construcción. Juan Manuel de
Rosas era gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores
de la entonces Confederación Argentina. La lucha interna entre unitarios y
federales sobre cómo organizar el país estaba candente, sobre todo entre
correntinos, entrerrianos, santafecinos. Gran Bretaña y Francia querían
establecer relaciones
comerciales directas con esas provincias sin pasar por
Buenos Aires ni reconocer la autoridad de Juan Manuel de Rosas.
El 20 de noviembre de 1845 en esa curva donde el río se
angosta, las tropas comandadas por el general Lucio N. Mansilla, encargado de
la defensa del territorio nacional, tendieron
tres gruesas cadenas, de costa a costa, sostenidas sobre 24 barcaza para
cerrar el paso. Sabiendo que era casi imposible combatir a
los invasores debido a superioridad bélica y tecnológica, la estrategia se
fundó en provocarles la mayor cantidad daños posibles en sus barcos de guerra y
en los mercantes, y provocar bajas en soldados y marineros, durante el tiempo
en que tardaran en cortar las cadenas.
Los agresores, que creyeron no iban a tener inconvenientes al
pasar, finalmente lograron avanzar, dejando un número de bajas en las tropas
nacionales diez veces mayor. Si bien lograron cortar las cadenas, se
encontraron con nuevos ataques en San Lorenzo y Tonelero, que si bien no les
generaron daños significativos, les obligaron a vivenciar la hostilidad de la
defensa nacional.
Desde el blog “La vida en relieve” consideramos que es fundamental
la soberanía en todos los ámbitos, ya que fortalece la autonomía y la libertad
de acción.
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