La educación física en las personas con discapacidad visual.

En esta oportunidad, desde el blog la vida en relieve vamos a compartirles un artículo, a partir de realizar una mixtura entre deporte y educación. En este trabajo hablaremos de la educación física en estudiantes con discapacidad visual, además les compartiremos la experiencia de uno de nuestros jóvenes que conforman el blog.

La educación física es obligatoria en el nivel primario y secundario. Adquiere una vital importancia en la escolaridad, debido a que constituye una herramienta esencial, la cual posibilita que las y los estudiantes puedan desarrollar múltiples habilidades motoras y cognitivas, indispensables para su cotidianeidad. Enmarcándonos en considerar a la educación como derecho fundamental, es que creemos que la educación física debe estar presente tanto en el nivel primario como en el nivel secundario de las y los estudiantes.
Ahora bien, si nos detenemos en la educación física de estudiantes con discapacidad visual, tenemos que decir que esta herramienta fundamental de la educación, en barias oportunidades no es garantizada para algunos estudiantes en ciertos momentos de sus trayectorias educativas. Esas son situaciones en las que nuestro derecho a la educación es vulnerado, pudiendo lesionar el goce de otros, como el derecho a la salud. Sabemos que hay ciertas actividades físicas, que por nuestra discapacidad es complejo que las podamos realizar, lo que de ninguna manera quiere decir, que no podamos ejercitarnos o compartir algunas disciplinas con nuestros pares. En algunos casos, serán necesarios ajustes razonables, para lo cual creemos que es indispensable que los y las docentes puedan formarse en la perspectiva de discapacidad en clave de Derechos Humanos, y así poder llevarlos a cabo.

A continuación, vamos a compartirles el relato de uno de los jóvenes que forma parte del blog, y que viene a contar sus múltiples experiencias con la educación física en el nivel secundario.

Mi nombre es Emiliano Taborda.
Cuando comencé a realizar mis estudios secundarios, en el primer año tenía garantizado el derecho a la educación física. Durante ese año realizábamos canotaje con un conjunto de compañeros. Destaco que este espacio me encantaba, me sentía muy cómodo, sentía que estaba haciendo lo que me gusta, y la predisposición de los profesores era muy buena para los tres estudiantes con discapacidad visual que realizábamos la actividad con muchos otros compañeros. Además, podía realizar dicho deporte sin dificultades y sin necesidad de adaptar nada, solo pegando un pequeño palito con cinta para tener referencia de como girar la pala para remar. Así verdaderamente me sentía parte del grupo y la inclusión era efectiva.
Al año siguiente no se pudo seguir garantizando ese deporte, por lo que el fútbol era la única opción que quedaba para seguir haciendo educación física en la escuela. Así se fueron generando dificultades que limitaban mi inserción en educación física. Concurría al predio donde se realizaba fútbol, pero no me sentía cómodo porque no hacía el deporte en igualdad de condiciones que mis compañeros. Me encontraba pateando solo o con el profesor una pelota, y hacía algún que otro ejercicio pero era mínimo lo que realizaba. Así me sentía excluido por parte del sistema educativo y ya no quería seguir yendo debido a esta difícil situación, por lo que se decidió que no tenga más educación física  por los siguientes años del secundario.
Así destaco dos realidades dispares que me tocó vivir en mi educación secundaria donde en el primer año me encontraba en un espacio muy inclusivo, pero posteriormente se fue construyendo un entorno que vulneró fuertemente mi derecho a tener educación física en la escuela, lo que no hizo más que reflejar la quita de contenidos que atravesamos muchas y muchos estudiantes con discapacidad visual.

Es por eso que debemos apuntar hacia un mayor compromiso, tanto de las instituciones educativas como así también de los y las docentes, al igual que de los alumnos y las alumnas con discapacidad, con el fin de contribuir a una inclusión que permita cumplir con las expectativas de quienes enseñan y aprenden, y así eliminar las barreras existentes como las que fueron visibilizadas en el recorrido educativo que compartimos. Para superar esos obstáculos se deben buscar herramientas y construir estrategias que posibiliten que todos y todas podamos realizar actividad física sin excepción en los distintos niveles educativos.