Las personas con discapacidad también estudiamos.
"Recorridos particulares"
En esta ocasión vamos a conversar un poco sobre caminos educativos particulares. Las personas con baja visión y con ceguera también podemos estudiar y estudiamos carreras en el terciario y en la universidad, lo que muchas veces puede parecer una idea desconocida, para quienes no conocen a un estudiante con discapacidad. Por eso, en este artículo vamos a invitarles a que conozcan un poco de nuestros propios recorridos, es decir de los que hemos atravesado Emiliano y Hernán, quienes por el momento llevamos adelante esta sección del blog.
Hernán Caruso:
Estudio Lic. En ciencia política en la facultad de ciencia política y relaciones internacionales de la UNR, la orientación en análisis político. Escogí esta carrera porque me fascina analizar el mundo y tratar de comprender las distintas causas de la realidad social.
Recuerdo el comienzo de mis estudios con mucha alegría, nunca olvidaré las emociones y sensaciones del primer día de clases. Aún no me movilizaba de manera autónoma, además que a pesar de ser segunda generación universitaria de mi familia, sabía muy poco sobre eso de ser universitario y aun así allí estaba, cursando mi primer día de clases en la universidad pública, de ingreso irrestricto y gratuita. Fue la primera vez que estuve en un salón con más de 200 personas, todas con tantas ganas de aprender, las que iría descubriendo como mis compañeros y compañeras, con quienes tomaría mis primeros mates, bien amargos por cierto, con quienes haría nuevas amistades y compartiría tantos nervios antes de rendir y emociones al aprobar.
Desde un principio me encontré con algunas cuestiones en el entorno, que me fue siendo relativamente favorable para mi inclusión en el sistema educativo. El Servicio de Lectura Accesible de la Biblioteca Argentina, con su voluntariado que me accesibilizaba materiales, el posterior surgimiento de un voluntariado similar, llamado Léete Algo en la Facultad, la computadora con lector de pantalla en la biblioteca, la compu de Conectar Igualdad fueron algunas de ellas. También me encontré con distintas barreras que me dificultaron el trayecto universitario, como fueron, no poder contar con los textos con la anticipación necesaria (prepararlos en formatos accesibles lleva tiempo y un voluntario destina el que puede), la inaccesibilidad de algunos contenidos que no fueron pensados para personas ciegas, como los gráficos de economía. En mi recorrido fue muy importante la tarea del Área de Accesibilidad de la Facultad, como la predisposición de los y las docentes y las y los compañeros de curso, sin contar el de los voluntarios. Fue y es aún, un rico proceso de aprendizaje, mediante el cual los actores universitarios fuimos encontrando la manera de reducir barreras sociales. Desde el lugar de estudiante debí tomar un rol activo, interrogando, sumando ideas y mis propias dudas, lo que también es parte de contribuir a construir una Facultad y Universidad pública, accesible y abierta a todos y todas.
Emiliano Taborda:
Estudio trabajo social en la facultad de ciencia política y relaciones internacionales de la UNR. Elegí estudiar esta carrera porque me apasiona hacer territorio y porque no me gusta la desigualdad social.
Recuerdo que cuando ingresé a la facultad en el 2011 estaba atravesado por múltiples sensaciones encontradas. Por un lado estaba feliz por tener la posibilidad de estudiar lo que me gusta, me sentía ansioso por comenzar, y me encontraba con mucha energía. Por otro lado sentía inseguridad, incertidumbre, dudas, y estaba algo inseguro y desorientado porque era un mundo totalmente desconocido para mí, pero poco a poco fui superando estas múltiples sensaciones y pude construir la confianza necesaria con el entorno universitario y con migo mismo.
Primero quiero comentar que en el primer año formamos un excelente grupo y sobre todo muy unido, pero con el correr de los años me fui dando cuenta que cada estudiante tiene sus tiempos, sus particularidades, lo que hace que los grupos se fragmenten. Así pasé por múltiples grupos, tuve muchísimos compañeros y compañeras que aportaron enormemente a mi formación, y lo que más destaco es que la facultad me está dejando muchos amigos y amigas con quienes comparto buenos momentos de mi vida.
En lo que refiere al estudio, los primeros años fueron bastante difíciles pero paradójicamente me fue mucho mejor de lo que me esperaba. Es que sobre todo en el primer año se me hacía casi imposible estudiar de manera autónoma, debido a que prácticamente no contaba con materiales de estudio accesibles en el momento en el que los necesitaba. Por lo tanto debía acudir a la intervención de mis compañeros y compañeras o de mi familia que me leían los textos, como así también a muchos docentes que me grababan sus materiales de estudio, y todo esto construían alternativas que me generaban incomodidad porque dependía de la voluntad y de la disponibilidad de otros que me brindaban su ayuda. A pesar de que todavía falta para alcanzar una educación inclusiva, hoy puedo leer los materiales en forma autónoma, lo que no se logró de un día para el otro sino que constituye un proceso complejo y que lleva muchos años.
Es así como a partir de estas limitaciones que atravesamos muchos estudiantes, la facultad apostó a trabajar redoblando el compromiso para lograr superar estas dificultades y construir una educación inclusiva y de calidad, desde la participación plena de nosotros los estudiantes, docentes y todo el personal que conforma la educación superior. Por ello cuando miro hacia atrás, valoro y destaco muchísimo todo lo logrado porque es muy distinta mi situación inicial a la de hoy en día, ya que pudimos conquistar significativos y valiosos avances.
También creo importante hablar sobre los aportes que brindan las nuevas tecnologías en constante avance. Cuando ingresé a la facultad grababa las clases con un mp3, y recuerdo que solo podía leer los textos digitalizados en algunos formatos como doc o docx y no en pdf porque los lectores de pantalla no reconocían este formato. Hoy en día el celular me permite grabar las clases o leer textos en pdf, complementando la utilización de la computadora para leer los materiales, sumado también a que la permanente expansión de la digitalización me permite encontrar mucha bibliografía digitalizada en internet.
Mi trayectoria universitaria no constituye un camino para nada sencillo sino que de lo contrario, está atravesada por múltiples barreras, desafíos y conquistas logradas. Así debo destacar el rol de nosotros los estudiantes, de docentes, de organizaciones de la sociedad civil, personal no docente, y toda la comunidad que conforma la educación superior, quienes conjuntamente estamos trabajando fuertemente por lograr efectivizar este derecho.
Para cerrar este artículo les dejamos un párrafo final donde expresamos nuestros sentipensamientos, el aprendizaje que nos dejan nuestras trayectorias, enmarcándonos en el derecho a la educación superior de las personas con discapacidad.
La educación superior es un derecho. Es verdad que las personas con discapacidad nos encontramos con múltiples barreras que limitan nuestro derecho de acceder a la educación superior, pero vale la pena animarse a estudiar una carrera y asumir colectivamente el desafío de luchar por eliminar definitivamente estas barreras, y conquistar efectivamente el derecho a una educación inclusiva y de convivencia que permita estudiar sin la presencia de limitaciones.
Autores
Caruso Hernán
Taborda Emiliano
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