UN HUMILDE HOMENAJE A NUESTROS MAESTROS Y A NUESTRAS MAESTRAS

En el día de hoy tenemos el agrado de compartir un artículo referido a la celebración del día del maestro en nuestro país.

 

Cada 11 de septiembre se festeja el “Día del Maestro” en homenaje a la figura de Domingo Faustino Sarmiento por el día de su fallecimiento.

Sarmiento Fue político, filósofo, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista y militar argentino; gobernador de San Juan y presidente de la nación argentina.


Sarmiento fue el gran propagandista de la necesidad de una ley educativa argentina. Sin embargo, durante su mandato, no llegó a sancionar ninguna. Hubo que esperar hasta el gobierno de Roca, cuando se aprobó la Ley N.° 1420 de educación universal, obligatoria, gratuita y laica.

Durante las presidencias de Nicolás Avellaneda y de Sarmiento, la educación tuvo centralidad en la agenda de gobierno. La población educativa aumentó significativamente, se crearon escuelas y se trajeron maestras desde el exterior con el fin de mejorar la calidad educativa debido a la mayor experiencia que existía principalmente en estados Unidos.

 

En 1943, la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, celebrada en Panamá, resolvió decretar el 11 de septiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en honor al fallecimiento de Sarmiento, pero fue en 1945 que se adoptó en la Argentina, por decreto del entonces presidente Edelmiro Farrell. También la idea fue reconocer la importancia que implica el trabajo y disposición de todos los maestros que día a día realizan su trabajo en las escuelas.

 

No queremos dejar de lado la realidad actual; es por eso que contactamos a una docente para que nos cuente su experiencia.

Hablamos con Lorena Pastore, docente de educación especial con orientación en discapacidad intelectual.

 

Lorena se recibió en el 2011 y al año siguiente comenzó a trabajar en una escuela de San Jorge provincia de Santa fe, establecimiento en el que hoy en día continúa ejerciendo su profesión.

De chica quería ser maestra jardinera, pero con el correr del tiempo se dio cuenta que su elección final tenía que ver con la docencia pero en el área de la discapacidad, inspirada con su vínculo dentro del ámbito, y por su hermano que fue nadador paralímpico.

En cuanto a su experiencia personal, nos cuenta que fue difícil adaptarse a los cambios producidos una vez comenzados sus estudios, ya que tuvo que trasladarse a la ciudad de rosario para formarse.

Lorena además de ser docente es madre de tres hijas, dos en edad escolar y una muy pequeña.

Le preguntamos sobre la situación actual y cómo es la interacción entre alumnos docentes y padres. Lorena plantea que es fundamental el acompañamiento de los padres para que los chicos puedan realizar las actividades que los docentes envían. Refiere que fue muy duro para todos en general pero más aún en el plano educativo. En su caso particular manifiesta que sus alumnos no utilizan celulares. Ella desempeña tareas en la escuela de formación integral, con Jóvenes de 14 a 22 años, con discapacidad intelectual, como dijimos anteriormente. Nos cuenta que si o si dependen de sus padres. Fue muy difícil lograr una conectividad plena y efectiva. Hubo que explicarles a los papás cómo manejarse con las aplicaciones.

Respecto al vínculo de los estudiantes, describe que sus alumnos al pertenecer a factores de riesgo, perdieron socialización ya que no pudieron salir más de sus casas y se cortaron las terapias. “Nos reuníamos una vez por semana por video llamada. Mediante videos e imágenes les explicamos a los chicos qué se podía hacer y qué no”. Muchos entraron en crisis por la situación en la que estamos.

Nos comenta que no se cortó el vínculo con los docentes pero sí lo que extrañan es el contacto con sus compañeros. “Me preguntan cuándo nos vamos a encontrar, cuándo volvemos a la escuela”.

En cuanto a la falta de conectividad, narra que siempre se trabajó para que las actividades lleguen a todos los alumnos y alumnas. En ciudades más chicas los padres se acercan a las escuelas y retiran el material en papel, y en ciudades más grandes se buscan alternativas de comunicación entre docentes y estudiantes.

A esta altura del año se nota un cansancio general, pero se trata de que no se pierda el hábito de estudio a través de la distancia.

Como última frase nos deja lo siguiente:

Cuando esto pase, ya nada será igual. Cada beso más sentido, cada caricia más valorada. Volver a vernos será una fiesta… ¡Reencontrarnos el mejor regalo!

 

Para finalizar, desde el grupo de jóvenes de MUCAR queremos agradecer a los maestros y a las maestras por su enorme esfuerzo, y desearles un feliz día.                        

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