TRAYECTORIAS EDUCATIVAS

En esta ocasión desde el blog la vida en relieve les vamos a compartir la trayectoria educativa de uno de nuestros jóvenes integrantes del blog.
Se van a encontrar con un valioso testimonio de vida lleno de experiencias, objetivos, barreras y conquistas, en el camino educativo de una persona con discapacidad visual, enmarcándonos en la educación como derecho fundamental de todos los ciudadanos y ciudadanas.

Luis Cáceres tiene 32 años, vive en la ciudad de Paraná y hoy está recibido de periodista deportivo, lo que no fue un camino para nada sencillo en su formación, sino que constituyó un camino lleno de obstáculos, de esfuerzo, de lucha y de gente que acompañó ese proceso, destacando a su familia.
Realizó gran parte de sus estudios en la escuela número 32 José Faustino Sarmiento de Arroyo Aguiar, pueblo que queda 30 kilómetros al norte de la ciudad de Santa fe. En dicho colegio realizó desde jardín hasta lo que antes era noveno grado, hoy segundo año del secundario, nivel el cual completó con orientación a la comunicación en la escuela nacional doctor Reinaldo Cullen número 423 de Laguna Paiva. 
Paralelamente Tuvo asistencia y el apoyo de la escuela para ciegos doctor Edgardo Manziti de la ciudad de Santa Fe hasta los 15 años. Después Acudió a otras instituciones, en las cuales no pudo encontrar lo que necesitaba.
Desde chico Luis estuvo convencido de que quería ser periodista deportivo, y nos contó que siempre consumió radio, lo que lo llevó a sentir pasión por el periodismo deportivo.
A raíz de este profundo deseo, una vez que concluyó sus estudios secundarios, Luis emprendió su viaje en el nivel terciario para lograr su objetivo.
Desarrolló sus estudios en lo que era la vieja formación en la especialidad de técnico docente en periodismo deportivo, hoy técnico docente o técnico superior en periodismo deportivo. Se formó en el centro de perfeccionamiento técnico docente en periodismo deportivo 7800. La carrera dura tres años, pero a Luis le llevó más tiempo, debido a múltiples factores de accesibilidad que fueron incrementando el tiempo para recibirse.
Cuando comenzó a desarrollar el terciario tuvo que acudir a una docente que brinde apoyo a personas ciegas en cuanto a lo académico, a lo cual accedió en forma privada porque tuvo que pagar para ello a través de la obra social, lo que implica que el derecho a la educación no se estaría garantizando. Esta profesional le brindaba asistencia para transcribir exámenes escrito o algún material específico. También utilizaba mucho el grabador periodista, el cual le brindaba herramientas para tomar sus propios apuntes.
En cuanto a la predisposición de los y las docentes sostiene que muchos profesores no estuvieron muy predispuestos para trabajar su situación y por lo tanto no le brindaron el acompañamiento y las herramientas que necesitaba, pero también tuvo docentes que estuvieron abiertos al diálogo y predispuestos a contribuir a construir la accesibilidad en su carrera. Además pone el foco en la necesidad que tuvieron de generar precedentes y romper estructuras para promover la inclusión, y que otros estudiantes tengan el camino algo más allanado que el que tuvo que atravesar Luis.
También destaca que se encontró con mucha gente, la cual consideraba que una persona con discapacidad visual no podría ser periodista deportivo, pero lucho con su esfuerzo y el ejercicio de su derecho demostró que se pueden romper las barreras y los estereotipos para lograr el objetivo de ser periodista deportivo. Así lucho señala que se encontró con múltiples barreras desde el momento en el cual comenzó a formarse. Cuando manifestó su deseo muchas personas incluso desde algunas instituciones le manifestaron que no podría ser periodista deportivo, argumentando que una persona ciega no puede ver partidos y no podría relatar o realizar un análisis del partido. Sobre esto Luis sostiene que el relato solo es una rama en el periodismo deportivo, y se puede analizar un partido desde otros puntos, se puede realizar estadísticas, entrevistas, etc. Lo que a Luis más le sorprende es que esta postura venga de colegas, para lo cual es necesario romper esquemas o estructuras que excluyen, y así formarnos y trabajar de lo que nos gusta porque las personas con discapacidad visual también tenemos derecho de estudiar y de acceder a un empleo, solo por el hecho de ser ciudadanos y ciudadanas.
Además, sostiene que a los y las estudiantes con discapacidad visual se le exija lo mismo que al resto de los estudiantes y que se le brinden las herramientas necesarias para desarrollar los estudios en igualdad de condiciones.
Sobre los materiales de estudio, Luis dice que fue una barrera muy presente en su formación, ya que se le impidió acceder a los materiales en tiempo y forma.
Sobre el avance de las nuevas tecnologías destaca que hoy se cuenta con muchísimas más herramientas que años atrás, porque en la actualidad las nuevas tecnologías contribuyen enormemente a la inclusión educativa, y hoy hay muchísimos más materiales digitalizados por poner algún ejemplo. Igualmente más allá de lo importante que resultan las nuevas tecnologías y de considerar que el acceso a las mismas es un derecho, Luis sostiene su preocupación de que las nuevas tecnologías puedan reemplazar el sistema Braille. Si bien se entiende que el Braille es muy complejo utilizarlo en lo que respecta a la educación superior, no quiere decir que no sea necesario su utilización. Siente que las instituciones están dejando de promover el sistema Braille, y que las nuevas tecnologías podrían llegar a desplazar este sistema, y también le genera preocupación que hay muchos adolescentes que no conocen el sistema Braille. Por eso destaca la necesidad de que las instituciones y las personas ciegas defendamos el Braille, a partir de seguir promoviendo la utilización de este sistema de lectoescritura, lo que no significa que releguemos el uso de las tecnologías, sino que se complemente el uso de ambas alternativas, ya que el sistema Braille permite nuestra alfabetización, y el acceso a las nuevas tecnologías es un derecho. 

Como cierre Luis nos deja un importante mensaje para que las personas con discapacidad se animen a estudiar. Hace un fuerte hincapié en que el tener discapacidad no significa no poder, sino que vale la pena intentarlo porque estudiar es un derecho, y más allá de que sea difícil es fundamental luchar por nuestros sueños. Además refleja la importancia de proponernos objetivos a corto plazo y establecer prioridades, lo que nos podría permitir proponernos otros desafíos a futuro, pero siempre estableciendo metas al corto plazo.

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